viernes, 18 de marzo de 2011

LA CONSTRUCCIÓN FILOSÓFICA DE LA CIUDADANÍA



DEFINICIÓN

   El concepto de ciudadanía expresa el estatus del hombre en cuanto miembro de una comunidad política, es decir, organizada y regida por unas normas (derechos y deberes) y costumbres comunes, que configuran, respectivamente, sus dimensiones política y cultural.
   La ciudadanía está inserta en un proceso histórico evolutivo en el que se van desarrollando y reconociendo los diferentes derechos tradicionales y alumbrando otros nuevos.

DIMENSIÓN CULTURAL Y DIMENSIÓN POLÍTICA DE LA CIUDADANÍA

1. Dimensión política
   En la dimensión política los ciudadanos se reconocen y son reconocidos por el Estado en sus diferentes derechos (económicos, sociales, civiles…).

2. Dimensión cultural
     En la dimensión cultural los ciudadanos se reconocen como pertenecientes a esa cultura. De ahí que los Estados multiculturales incluyen el reconocimiento de derechos culturales diferenciados de los derechos de grupos culturales diferentes.
     El hecho de ser ciudadano de una comunidad comporta también una identidad cultural para el individuo que se desarrolla en ella. Pero las dimensiones política y cultural no necesariamente se identifican: existen, sobre todo hoy en día, Estados multiculturales.

Multiculturalismo
     Puede definirse como la convivencia de distintas culturas en un mismo Estado. Ambos aspectos, pues, pueden diferenciarse y combinarse entre sí.
     El multiculturalismo genera unas “demandas de respeto igualitario que proviene de culturas efectivamente desarrolladas dentro de un mismo marco institucional” (Ricoeur: Caminos del reconocimiento).
     Se plantea así el derecho de las minorías (planteamiento en Stuart Mill por fallos del Utilitarismo), y se impone el debate acerca de hasta dónde llegan las identidades culturales y hasta dónde los derechos y universales de convivencia.

Concepto de nación
     Se distingue también el concepto de “nación” del de Estado. La nación, en un sentido sociológico, sería una comunidad histórica que ocupa un territorio o una tierra natal determinada y que comparte una legua y una cultura diferenciadas.
     El concepto de nación queda así como una especie de concepto intermedio entre la dimensión política y la cultural del ser humano.
     Como se ve, puede ser complejo definir una nación, porque se pueden cumplir varios requisitos pero no todos, existir identidades a distintos niveles… (debate: el problema del lenguaje: ¿pseudoproblemas? Se generan doxopatologías). 
La definición de cultura se refiere a unas tradiciones, creencias y formas de pensar y vivir; la de nación incluye un territorio; y la de Estado es un concepto jurídico, haciendo referencia a un poder soberano.

GÉNESIS HISTÓRICA DEL CONCEPTO DE CIUDADANÍA

ARISTÓTELES

Se plantea el sentido de la polis de forma teleológica: es una comunidad constituida para un fin, en vistas de algún bien.

Sin lenguaje no hay ciudad

El hombre es el único animal que tiene palabra (lógos). La voz es signo del dolor y del placer, y por eso la tienen también los demás animales, pues su naturaleza llega hasta tener sensación del dolor y del placer y significársela unos a otros; pero la palabra es para manifestar lo conveniente y lo dañoso, lo justo y lo injusto, y es exclusivo del hombre, frente a los demás animales, el tener él solo el sentido del bien y del mal, de lo justo y de lo injusto, etc, y la comunidad de estas cosas es lo que constituye la casa y la ciudad.
Aristóteles, Política, 1, 2, 1253a 9-18)

     La ciudad o comunidad política se constituye con el fin de “vivir bien”, en la medida en que es capaz de concebir conceptos como el bien y el mal, lo justo y lo injusto, que trascienden la mera expresión del placer y del dolor, de los sentimientos. Por ello intentan ponerse de acuerdo, a través del lenguaje, sobre los medios para alcanzar ese estado de bondad y justicia. En este sentido, la sociedad encierra, por naturaleza, una prioridad respecto a cada uno de los individuos. La justicia es un asunto primordial para ella. La tendencia a la comunidad política es consecuencia de la menesterosidad del hombre.
     Clasifica las formas posibles de regímenes o gobiernos en tres: monarquía, aristocracia y democracia; y cada uno tiene su degeneración: tiranía, oligarquía y demagogia. En la medida en que tienden a darse más las degeneraciones, es preciso preservar la libertad y que todos participen del gobierno por igual y en la mayor medida posible. Por ello el mejor de los sistemas, es la práctica, es la democracia.

Hay un gobierno que se ejerce en interés del gobernante y otro que se ejerce en interés del gobernado. El primero e ellos es despótico, y el segundo de hombres libres (…) Debe decirse que hay democracia cuando son los libres los que tienen la soberanía, y oligarquía cunado la tienen los ricos; )…) el régimen es una democracia cuando los libres y pobres, siendo los más, ejercen la soberanía, y una oligarquía cuando la ejercen los ricos o nobles siendo pocos”.
Política IV, 14 y y V 4.
     Aristóteles considera que la soberanía debe corresponder a la ley. Critica las oligarquías porque la ciudad no se constituye sólo ni primariamente por las riquezas ni el mero intercambio material, ni por la ayuda mutua en estos órdenes de la vida. Los hombres no se asocian sólo para vivir, sino para vivir bien. Por ello es tan importante la educación en la virtud.
“todos los que se interesan por la buena legislación indagan acerca de la bondad y maldad cívicas. Así resulta también manifiesto que la ciudad que verdaderamente lo es, y no sólo de nombre, debe preocuparse de la virtud; porque si no, la comunidad se convierte en una alianza que sólo se diferencia localmente de aquéllas en que los aliados son lejanos, y la ley en un convenio y, como dice Licofrón el sofista, en una garantía de los derechos de unos y otros, pero deja de ser capaz de hacer a los ciudadanos buenos y justos”.     Política III, 9, 1230b 5-12.
“Llamamos ciudadano al que tiene derecho a participar en la función deliberativa o judicial de la ciudad” y “al que participa del poder” (Política, III, 1 1275b 18-19; 1276a 4-5).
 
EL ESTOICISMO: CIUDADANÍA COSMOPOLITA

     El cosmopolitismo, como tendencia, comenzó con el ideal de conquista de Alejandro Magno. El Estoicismo es una corriente que se desarrolla durante el Helenismo y la más importante corriente filosófica del Imperio Romano.
     Afirma la existencia de una comunidad de naturaleza y de una razón universal de la cual participan todos los hombres. “Soy humano, nada humano me es ajeno” (Cicerón). Los seres humanos estarían vinculados por el derecho que se desprende de esa razón universal.

“La verdadera ley es una recta razón, congruente con la naturaleza, general para todos, constante, perdurable, que impulsa con sus preceptos a cumplir el deber y aparta del mal con sus prohibiciones (…) tal ley no es lícito suprimirla, ni derogarla parcialmente, ni abrogarla por entero, ni podemos quedar exentos de ella por voluntad del senado o del pueblo (…) ni puede ser distinta en Roma y en Atenas, hoy y mañana, sino que habrá siempre una misma ley para todos los pueblos y momentos, perdurable e inmutable”. Cicerón: Sobre la república.
     El bien de la comunidad ha de anteponerse al del individuo, hasta tal punto que hay que tener en consideración incluso a los ciudadanos que algún día existirán.
“Si la mente nos es común, la razón, por la cual somos racionales, nos es también común; y si esto es así, nos será igualmente común la razón que dispone lo que se ha de hacer o no. Admitido lo cual, la ley nos es común, y siendo así, somos ciudadanos y participamos, por ende, de un cuerpo político, por lo cual el mundo viene a ser como una ciudad. ¿De qué otro cuerpo político común, en efecto, podríamos decir que forma parte todo el género humano? De allá, de aquella ciudad común, nos vienen la mente, la razón y la ley: si así no fuere, ¿de dónde podrían venir?” Marco Aurelio: Pensamientos.

ILUSTRACIÓN Y CIUDADANÍA

     Dos libros clave: Ensayo sobre el gobierno civil (1690), de Locke, y Del contrato social (1762) de Rousseau, se constituyen en origen e inspiración de los modernos modelos de ciudadanía que llegan hasta nuestros días: el liberal y el republicano. El primero hace hincapié en la libertad del individuo sobre el Estado y privilegia la esfera privada sobre la pública; el segundo insiste en el carácter participativo de la ciudadanía y el espacio público y político como único escenario de realización del hombre.
     Uno de los hitos más importantes de esta época es la secularización.
     Con Kant y Rousseau se formula la idea de ciudadanía en torno a la dignidad de la persona, su autonomía moral y el ser fin en sí misma.
    
La minoría de edad del hombre
…La minoría de edad estriba en la incapacidad de servirse del propio entendimiento, sin la dirección de otro. Uno mismo es culpable de esta minoría de edad cuando la causa de ella no yace en un defecto del entendimiento, sino en la falta de decisión y ánimo para servirse con independencia de él, sin la conducción de otro.
(…)La mayoría de los hombres, a pesar de que la naturaleza los ha librado desde tiempo atrás de conducción ajena (…), permanecen con gusto bajo ella a lo largo de la vida, debido a la pereza y la cobardía. Por eso les es muy fácil a los otros erigirse en tutores. ¡Es tan cómodo ser menor de edad! Si tengo un libro que piensa por mí, un pastor que reemplaza mi conciencia moral, un médico que juzga acerca de mi dieta, y así sucesivamente, no necesitaré del propio esfuerzo. Kant: Una respuesta a la pregunta: ¿Qué es la Ilustración?
Razón, libertad y comunidad 
   Para esa ilustración sólo se exige libertad y, por cierto, la más inofensiva de todas las que llevan tal nombre, a saber, la libertad de hacer un uso público de la propia razón, en cualquier dominio. Pero oigo exclamar por doquier: ¡no razones! El oficial dice: ¡no razones, adiéstrate! El financista: ¡no razones y paga! El pastor: ¡no razones, ten fe! (Un único señor dice en el mundo: ¡razonad todo lo que queráis y sobre lo que queráis, pero obedeced!) Por todos lados, pues, encontramos limitaciones de la libertad. Pero ¿cuál de ellas impide la ilustración y cuáles, por el contrario, la fomentan? He aquí mi respuesta: el uso público de la razón siempre debe ser libre, y es el único que puede producir la ilustración de los hombres. El uso privado, en cambio, ha de ser con frecuencia severamente limitado, sin que se obstaculice de un modo particular el progreso de la ilustración. Entiendo por uso público de la propia razón el que alguien hace de ella, en cuanto docto, y ante la totalidad del público del mundo de lectores. Llamo uso privado al empleo de la razón que se le permite al hombre dentro de un puesto civil o de una función que se le confía.
(…)Así, por ejemplo, sería muy peligroso si un oficial, que debe obedecer al superior, se pusiera a argumentar en voz alta, estando de servicio, acerca de la conveniencia o inutilidad de la orden recibida. Tiene que obedecer. Pero no se le puede prohibir con justicia hacer observaciones, en cuanto docto, acerca de los defectos del servicio militar y presentarlas ante el juicio del público. El ciudadano no se puede negar a pagar los impuestos que le son asignados, tanto que una censura impertinente a esa carga, en el momento que deba pagarla, puede ser castigada por escandalosa (pues podría ocasionar resistencias generales). Pero, sin embargo, no actuará en contra del deber de un ciudadano si, como docto, manifiesta públicamente sus ideas acerca de la inconveniencia o injusticia de tales impuestos.
Kant: Una respuesta a la pregunta: ¿Qué es la Ilustración?

Racionalidad y desarrollo

Una época no se puede obligar ni juramentar para poner a la siguiente en la condición de que le sea imposible ampliar sus conocimientos (sobre todo los muy urgentes), purificarlos de errores y, en general, promover la ilustración. Sería un crimen contra la naturaleza humana, cuya destinación originaria consiste, justamente, en ese progresar. La posteridad está plenamente justificada para rechazar aquellos decretos, aceptados de modo incompetente y criminal. La piedra de toque de todo lo que se puede decidir como ley para un pueblo yace en esta cuestión: ¿un pueblo podría imponerse a sí mismo semejante ley? Eso podría ocurrir si por así decirlo, tuviese la esperanza de alcanzar, en corto y determinado tiempo, una ley mejor, capaz de introducir cierta ordenación.

Kant: Una respuesta a la pregunta:¿Qué es la Ilustración?
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