sábado, 12 de febrero de 2011

Español tenía que ser...

Entre las muchas anécdotas sobre los pueblos hispanos prerromanos, recuerdo aquélla que nos contó en el colegio mi profesor de Historia sobre un cántabro que, tras ser hecho esclavo en las guerras contra Roma, se volvió andando a su tierra -tenían esa costumbre: si les vendían como esclavos asesinaban a sus dueños y se volvían; andando si hacía falta-. Pues bien, hecho de nuevo prisionero volvió a repetir la misma hazaña, hasta que decidieron crucificarlo. Y atado en la cruz murió gritando "volveré, volveré". Qué carácter. No nos sorprende entonces que aquel caudillo cántabro, llamado Corocotta, a cuya cabeza Augusto puso el precio de 250.000 sextercios, se presentara en persona, con toda la chulería, ante el mismo Augusto a reclamarlos.
Pues una noticia reciente que me contó una amiga me ha hecho pensar inevitablemente en aquéllo de "genio y figura". Y eso que nos pensamos que anécdotas como las mencionadas serían propias de gente de entonces, tan bárbaros y brutitos ellos. Lean si no.

Noticia tomada de El Mundo, 10-1-2011.
Un legionario con destino en Ceuta ha protagonizado la historia más curiosa acontecida en los últimos meses en la ciudad autónoma: ser detenido por la Guardia Civil cuando pretendía entrar a nado desde Marruecos al haber perdido su pasaporte.
Lo que parecía ser una intervención más contra la inmigración clandestina se tradujo en una rocambolesca historia transcurrida en la madrugada del domingo al lunes en el paso fronterizo que separa Ceuta de Marruecos, según han informado hoy fuentes del Instituto Armado.
El dispositivo de seguridad de la frontera norte de Benzú hizo sonar las alarmas cuando las cámaras térmicas detectaron un intento de entrada ilegal a nado desde Marruecos bien entrada la madrugada del domingo.
La Guardia Civil desplazó hasta la zona una patrullera al presumir que se iba a encontrar con la típica escena de un inmigrante subsahariano o argelino que pretendía entrar a nado desde Marruecos, algo que ya se ha convertido en una tónica habitual.
Los agentes acudieron al lugar marcado por las cámaras y comprobaron que una persona, con traje de neopreno, dotado además de gafas y aletas, estaba intentando llegar a la costa, por lo que fue inmediatamente interceptado.
La sorpresa llegó cuando los miembros del Instituto Armado se dieron cuenta de que, lejos de encontrarse ante un inmigrante ilegal, se traba de un militar español, con base en una de las unidades operativas de la Comandancia General de Ceuta, que trataba de llegar a la ciudad autónoma nadando.
Neopreno, tubo y aletas
Al ser subido a la patrullera, el militar declaró que había optado por lanzarse al agua ante la necesidad de volver a España y no poder hacerlo por la frontera terrestre por haber perdido su pasaporte en Marruecos.
El soldado aseguró que el mismo domingo por la tarde intentó entrar por la frontera del Tarajal pero los gendarmes marroquíes le impidieron el acceso al carecer de pasaporte y pese a contar su historia de haber extraviado este documento.
Tras pensar posibles formas de regresar a España, decidió comprarse un traje de neopreno, con tubos y aletas para cruzar a nado, en lugar de alargar los trámites para cruzar legalmente el paso fronterizo.
Una vez comprobada la versión del militar, la Guardia Civil le puso en libertad. Pudo así incorporarse a su puesto el lunes, con una curiosa historia a sus espaldas. Eso sí, los miembros del instituto armado, que trasladaron al soldado a su acuartelamiento, abrieron un acta de infracción por intentar entrar en territorio nacional "por un punto no habilitado", por lo que el legionario deberá hacer frente a una multa.

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